Jugar con números era la diversión favorita de la pequeña Hipatia de Alejandría. "¡Las matemáticas no mienten!", decía, y por eso de mayor llegó a ser la profesora y científica más grande de su tiempo. Además era inteligente, guapa, generosa, refinada y valiente; en fin, casi perfecta. Y por ello los poderosos y envidiosos de su ciudad no la tragaban. Al final la atacaron y trataron de borrar todo rastro de su existencia. Por suerte, el recuerdo del ejemplo de su valor está ahora más vivo que nunca.
Me ha gustado mucho
ResponderEliminarSoy david
ResponderEliminarhola soy Cezar
ResponderEliminarhola soy Roberto
ResponderEliminarMariam 5ºB
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